Cuando abrió los ojos se encontró tirado en un suelo rocoso. Todo estaba oscuro.
Se puso en pie, y gritó la palabra “luz” en el idioma élfico para crear algo de luz a su alrededor, pero la palabra no obtuvo respuesta. Después de intentarlo dos veces, se dio cuenta de que su mágia no funcionaba en Archelant.
-¡chaval! ¿que haces ahí en medio a estas horas?-
-pa... ¡papá!- dijo abrazándolo fuertemente.
-Colin ¿qué ocurre?-
-¡no te vas a creer lo que ha pasado!- dijo el chico emocionado. Le contó a su padre todo lo ocurrido, pero no se lo tomó como él esperaba
-dirán que los mataste, nos desterrarán ¡yo no quiero saber nada! ¡¡lobos que hablan, elfas, dragones!! Dirán que estás loco... diremos que os atacó un lobo, tu te diste un golpe en la cabeza y al despertar ellos ya no estaban-
-¿¡pero qué dices!?- dijo el chico asustado
-¡¡nos mataran por locos!!-
el padre de Colin mintió a los padres de sus compañeros, que quedaron destrozados. Pasaron dos tristes meses, atravesando las montañas kilic. Colin lo pasaba mal solo. La gente pensaba que estaba loco, así que decidió no hablar, por que solo hablaba de Eridor, Mosh, Ankairiel, Beybac, Eaoden y Razarc.
Cuando regresaron a casa, el padre de Colin contó a su familia lo que su hijo le había contado, y lo tomaron por loco. Pero el peor de todos era su hermano menor Corin. Siempre se burlaba de él. Un día Colin cogió sus maletas y las llenó, llenó las cestas de uno de los dos caballos que tenía la familia con comida y provisiones, y se marchó sin avisar.
Estuvo dos meses buscando una ciudad en la que vivir, y acabó viviendo, marchando a un claro de un bosque cerca de una pequeñísima playa. Poco a poco fue construyéndose una casa. Pasaron años y años. Cuando él ya era bastante mayor, vino un hombre muy elegante y le dijo:
-estimado Colin, traigo noticias de Sir Corin, su hermano menor. Me ha hecho anunciarle que traerá a su hija, ya que la madre de tal ha fallecido, para que usted cuide de ella. Que tenga un buen día señor- y se marchó así como vino
al cabo de dos semanas llegó su hermano con una hermosa jovencita, más bien triste, y la dejó ahí sin miramientos.
En un mes, se hicieron como padre e hija. Colin aún no lo sabía pero imaginaba, que sería Aravis, su sobrina, que iría a Eridor. y con esa esperanza dejó el huevo verde que encontró un día en Eridor, y se había traido con él, en una cueva al alcance de Aravis, con la esperanza de que lo encontrara.
Pero... eso es otra historia
FIN
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