10 noviembre 2010

ERIDOR 1. creando Banthakhän (parte 3)


Unos suaves rayos de luz despertaron al chico, que se giró por que la luzle molestaba en los ojos y vio a su lado, en la cama, el dragón. Pero había crecido notablemente, ahora tenia el tamaño de perro bastante muy grande, y su cola era un tercio de su cuerpo.

-buenos días- dijo despertándolo

{buenos días, Colin} dijo bostezando, dejando ver lo larga que era su rasposa lengua {me parece que no llegué a salir bien del huevo}

-no podías salir y tuve que ayudarte a romper el huevo-

{debe ser por eso que soy más pequeño de lo que toca}

-¿¡más pequeño!? Pero si eres enorme- se quedó pensando un momento- no importa te querré igual. Por cierto ¿eres macho o hembra?-- dijo Colin sonriendo, y acariciando el morro de su dragón

{Soy macho, es más ¿Que nombre quieres darme?}

Colin estuvo pensando un largo rato y le dijo:

-¿qué te parece Illium?-

{no me convence}

-m... ¿Beybac?-

{¡Si! Beybac me gusta} y le lamió parte de la cara, en forma de beso

Dos horas más tarde, los cuatro chicos se vieron en el salón y todos se quedaron impresionados al ver que el huevo de Eaoden también había eclosionado. Su dragón era bastante más grande que Beybac y de color azul eléctrico con las púas y ojos azul oscuro, muy elegante.

-¡vaya Eaoden!¡¡Felicidades!!- señaló a Beybac y dijo- él es Beybac-

-encantado, Beybac. Al parecer eres más pequeño que mi dragón Hírador. Sin intención de ofender- dijo Eaoden

{Tranquilo, no ofendes. Colin tuvo que ayudarme a salir del huevo} dijo Beybac
{Pues se te ve con vitalidad} dijo Hírador

Colin, estaba radiante de felicidad, igual que Eaoden. Ahora se sentían con más fuerza y se apreciaban más a ellos mismos y sus dragones. Ahora la mente de los chicos estaba unidos a la mente de sus dragones, y esos les hacía más felices.

-Felicidades a ambos- dijo Mosh entrando sigilosamente en la sala- vuestros dragones han nacido extrañamente pronto. Es una señal de que seréis buenos jinetes-
-buenos días Mosh- dijeron todos, excepto Judis, que se comportaba de forma extraña

-Colin...¿qué le ocurre a tu dragón?¿Por qué no ha crecido adecuadamente?- preguntó amablemente
-veras Mosh... Beybac no conseguió salir del huevo y tuve que ayudarle- explicó él

{Parece que tengo mi pata delantera derecha, por debajo de su rendimiento total} dijo Beybac hablando para todos.

-pero sigues siendo fuerte y más ágil.

{Así es. Pero puede que siempre sea más pequeño que los demás}

-¿cuándo nacerán nuestros dragones?- pregunto Razarc refiriendose a él y a Judis
-cuando el huevo esté listo para nacer. El dragón que hay dentro debe acostumbrarse a vosotros- dijo Mosh

-...-remugó Judis

Después de ver el comportamiento de Judis, Colin decidió que debía hablar con ella después de desayunar.

-¿qué te pasa Judis? Estás extraña-
-no me gusta este sitio, no me gusta ese lobo, ni los elfos, enanos, unicornios.... ¡¡me quiero ir a mi casa!! y tú y Eaoden estais locos saliendo con esas elfas, todos estais locos intentando crearos una vida en este irreal, ilógico mundo, esto es una aberración. ¿un lobo creando un mundo? En cuanto sepa como salir de aquí, lo haré-
El siguiente dragón en nacer, mucho después que Beybac o Hírador, fue Nia, la dragona de Razarc. Una larga dragona, parecida a una iguana, pero con alas. Era de color verde como la hierva recien nacida con sus pequeñas púas de un verde oscuro igual que los ojos. Era una dragona muy hermosa. Y por último nació el dragón de Judis. Más grande que ninguno y mucho más impresionante, un enorme dragón totalmente negro. Su nombre era Masbou.

Pasaron seis largos meses en ese extraño y hermoso mundo. Los elfos construyeron una cuidad para los humanos, en forma de ciutadela. Y los chicos la bautizaron como Eridor. Mosh anunció que iría trayendo más humanos a su nuevo mundo que terminó llamando Banthakhän.

Mientras tanto los cuatro chicos empezaron a recibir clases. Aprendían a luchar, a escribir y leer en el idioma élfico, a volar sobre sus dragones, a luchar montados en sus dragones, y a luchar por ellos mismos. Aprendían a comprender la magia y a saber usarla. Y los dragones también debían aprender a luchar.

Cuando acabaron la formación cada chico se decantó hacia alguna cosa. Judis se dedicó a estudiar más a fondo la magia. Razarc por la expansión de tierras, pues le gustaba la idea de fundar una ciudad. Eaoden por la política, pues era buen líder. Pero Colin no sabía por que decantarse, así que estudiaba de todo un poco.

Durante los próximos tres años, Colin estuvo viviendo con la elfa que conoció el primer día, Ankairiel. Al igual que Eaoden con Idrien. Razarc tenía en mente fundar una ciudad y tenía basatantes seguidores que se unirían en su causa. Y Judis estaba sumida en la oscuridad, y no se relacionaba con nadie que no fuera su dragón Masbou. Colin se enteró de que ella y Masbou, salían por las noches y mataban unicornios, para beber su dulce sangre, que otorgaba grandes poderes, tambien se deshacían de dragones, para no tener competencia, y otros animales sagrados.

Desde que Judis llegó a ese mundo había cambiado radicalmente, de ser una dulce, encantadora, amable y alegre chiquilla a ser malvada, asesina de animales místicos, desagradable, irónica, peligrosa y apartada de todo el mundo, excepto su oscuro dragón Masbou que era igual de desagradable que ella.
Una noche, cuando Judis ya era bastante ágil con la magia oscura, salió del castillo y se dirigió a las puerta de la ciudad de Eridor, cuando los guardias se negaron a abrir las puertas a esas horas de la noche. Ella sin remordimientos, susurró unas palabras incomprensibles, y los dos guardias se desplomaron en el suelo. A las afueras montó en Masbou, y se pusieron a volar, en busco de algún unicornio, pequeño dragón, caballo alado....

{Judis ¿te apetece hacer algo divertido?} dijo Masbou

-¿cómo qué?-

{Este mundo es perfecto por todas partes amor y bondad... ¿qué te parece crear un nuevo ser... malvado, feo y a nuestras ordenes? ¡Que nos traten como a reyes que es lo que deberíamos ser!}

-¡¡Masbou, eres genial!!-

Bajaron a un claro de un lejano bosque, tan bonito como siniestro a aquellas horas de la noche.

-crearemos un ejercito... construirán un palacio en nuestro honor ¡aquí!- dijo la chica extendiendo los brazos y girando sobre si, lentamente- para crear mi bestia necesito... ¡un fauno!, Si un fauno oscuro y.... un hada malvada... ¡mañana empezaremos la búsqueda!

Gracias a lo hermosa que era Judis, le fue muy fácil convencer a un fauno y un hada, para que se pasaran al lado oscuro, en una semana. Y estos dos seres fueron convenciendo a más de su especie. Al mes siguiente, Judis estrenó un traje que tenía guardado para una gran ocasión como aquella. Era un traje negro precioso con el esqueleto de un dragón diminuto en el escote.

Cuando Judis se disponía a salir de Eridor para reunirse con sus lacallos, se encontró en los pasillos con Colin y Ankairiel
-¿Adónde vas con ese traje Judis?- dijo el chico

-tengo asuntos que atender- dijo ella tajantemente

-Ankairiel, ve tú, ahora iré- le dijo a la elfa, que se marchó no sin antes mirar a la oscura chica- Judis... sé lo que hacéis por las noches Masbou y tú. ¿Es lo que vas a hacer ahora? Deberías parar ahora o algo terrible va a ocurrir-

-A mi nadie me dice lo que debo hacer y menos tú Colin. Tú te relacionas con aberraciones ¡a saber que haras con esa elfa en vuestros aposentos! Es asqueroso, no es de tu misma raza, así que ni se te ocurra cuestionar si lo que yo hago está bien o está mal. Primero mira en tu casa lo que está ocurriendo.
-No metas a Ankairiel en esto, Judis- dijo con tono amenazador el chico- Lo que yo haga con ella no es de tu incunvencia, pero lo que tu haces si nos incunve a todos. Matando unicornios y beber su sangre, realmente es algo horrible y puede traernos problemas a todos. ¿No te sientes culpable?-

-no- dijo ella orgullosa

-¡eso es horrible! Judis, he dejado pasarlo demasiado tiempo y creo que es hora de que Mosh se entere de lo que está ocurriendo-

Judis se acercó tanto, que Colin notaba el pecho de la chica sobre el suyo. Ella le señaló con el índice.

-si Mosh se entera de algo, sabrás lo malvada que puedo llegar a ser. Descargaré sobre tu elfa mis secuaces, y sobre tí mis peores hechizos- se separó y empezó a caminar hacia la puerta
-Judis, no estoy solo en esto- anunció Colin en voz alta, mientras la chica abría los portones, para salir de aquel palacio

-tampoco yo- le lanzó una severa mirada, y fue su última palabra. Salió del palacio y se reunió con lo que es apenas un mes se había convertido en un numeroso ejército.

-bien marchemos hacia donde construiremos mi palacio- dijo ella ante la multitud

Tardaron un par de horas en llegar al claro. Judis que iba montada en Masbou habia tenido que dar muchas vueltas en el aire, ya que era mucho mas veloz que sus secuaces que iban a pie. Cuando todos habían acampado, ella llamó a un fauno y a un hada al azar y se los llevó a parte, fuera de la vista de los demás.

-muy bien. Ahora quiero que cerréis los ojos y dejéis la mente en blanco- dijo Judis

Lo que ella tenía en mente, era fusionar a esas dos criaturas. Estos hechizos, estaban prohibidos, y no se los había enseñado su tutor, pero en los libros de la sección prohibida de la gran biblioteca, estaban escritos y explicados, así que ella los memorizó y usó en insectos y criaturas menores tantas veces que ahora ya sabía usarlos casi a la perfección.

Extendió las manos, y murmuró el hechizo, en el idioma élfico. Vio como tanto el fauno como el hada, empezaban a deformarse, a gritar de dolor y sus voces y aspectos empezaban a volverse horribles. Pero aquello no era suficiente, no tenia energía suficiente como para llegar a unirlos. Pues la magia requiere de la energía del cuerpo y la mente. Masbou se dio cuenta de ello y unió sus fuerzas a las de la muchacha, gracias al vinculo entre ellos dos, jinete y dragón.

Un aura, marrón oscura, envolvió a los dos seres ahora horrorosos, y empezó a expanderse y volverse tan oscuro que lo único que se podía ver era una gran mancha legra y su oscura luz iluminaba tanto como el sol. cuando la cegadora luz oscura desapareció pudieron ver a un ser, realmente horrible, su cuerpo, esvelto parecía recubierto de una gelatinosa y fétida gelanita. Dos cuernos salían de su frente y sus piernas parecían flexionadas igual que las tenían los faunos, pero sin sus pezuñas. Decidió llamar a su nueva criatura Nurborg.
{perfecto. Vamos ha hacer lo mismo con los demás} dijo Masbou

-Espera. Debemos hacerles un jefe que se encargue de ellos, y los lidere en la batalla, pero que este me obedezca a mi- le dijo ella

{como tu veas}

Una vez hubo convertido a todo su ejercito en Nurborgs, se dispuso a unir a dos de ellos, creando así una criatura aun más horripilante.

-Necesito recargar energías antes de crear a la nueva criatura- dijo intentando recobrar el aliento después de tanto esfuerzo
{¿Que nombre le daremos Judis?}

-no lo sé aún.... talvez Groin-Tukh-

{Si me gusta. Suena mal}

Estuvo un rato sentada recuperando fuerzas, y comió manzanas que algunos faunos le llevaron antes de convertirlos en Nurborgs. Cuando sintió suficiente fuerzas como para crear su Groin-Tukh se levantó. Llamó a dos Nurborgs y volvió ha hacer el ritual oscuro, y esta vez se concentró en crear una riatura más alta y robusta, y tal vez un poco más inteligente.

Una vez terminó, el Groin-Tukh media casi 3 metros, era muy fuerte y tenía cuernos igual que el Nurborg, era macho. Se había molestado en hacer machos y hembras para no tener que gastar energía en crear más seres. Antes de sentir que no podía más creo el último ser, un Groin-tukh hembra. 

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