24 septiembre 2012

Frente a un espejo

Miro atrás y sonrío.

Sonrío a todos esos fallos que he cometido. sonrío a todas esas cosas que dije y no debería haberlas dicho. Sonrío a todos mis actos inadecuados. A los abrazos que no debía dar. A los besos que no debí probar. A las cosas que no debí escribir. Sonrío a las actuaciones que no debí cometer al ser inapropiadas. A los gritos y portazos, incluso algunos tortazos. 

Sonrío con algo de tristeza a aquellos actos que no me atreví a hacer, a los besos que no me atreví a dar, a las locuras que por miedo no cometí, sonrío tristemente a todos los buenos ratos que no pasé por no lanzarme a lo desconocido. 

Sonrío orgullosa a las muchas cosas que me he negado a hacer, sonrío ante el hecho de no haber caído al pozo donde muchos otros han caído. 

Sonrío a esos momentos en los que lloraba por sentirme diferente al resto de chicas, sonrío y me río puesto que ahora veo que eso fue de lo que más orgullosa me siento.

Sonrío al mirarme al espejo. 

Sonrío, porque todos mis actos, buenos, malos, a tiempo, fuera de lugar, no cometidos, repetidos, mal hechos, hechos a medias, efímeros o eternos, me han llevado a lo que soy. A lo que soy ahora. No miento, se que con el tiempo cambiaré y serán mis actos, los cometidos y los que están por llegar, los que determinarán como voy a ser. 

Y Miento si digo que no me arrepiento de nada, me arrepiento de varias separaciones sin despedidas, de varios actos que al mirar atrás considero inadecuados. Pero si pienso detenidamente, jamás cambiaría ninguno de ellos, puesto que ahora podría mirarme en el espejo y no ser yo.

Con mis grandes y numerosos defectos y mis modestas virtudes, me acepto y sonrío frente al espejo al empezar un nuevo día esperando lo que me tenga preparado, para así seguir en este mundo que no se detiene ni un segundo.

21 agosto 2012

Continúa la magia

¿Quién dijo que cuando más feliz eres menos escribes? 
No sé si esto será cierto o no, pero se me puede aplicar perfectamente. 


Casi ocho meses de felicidad continua. Aunque realmente no sea tanto tiempo, siento como si hiciera toda una vida. Mañanas, tardes y noches juntos, admirando su sonrisa, riéndome con sus tonterías, jugando a peleas y haciendo pompas de jabón. 


Una nueva etapa de la que seguir disfrutando.

10 mayo 2012

Solo ha sido una pausa

Fue hace tiempo, mucho tiempo. Fueron grandes sentimientos los que corrían por tu cuerpo, emociones fuertes y profundos errores que jamas olvidarás.

Pero pasó el tiempo, tu vida continuó alejada de ese mundo. Pasaron los años, olvidaste cosas, muchas cosas. Y un día volviste.

Y tú pensaste "¡Bah! Eso son cosas del pasado, mucho han cambiado las cosas desde entonces" Pero no es así, y te encuentras justo en el mismo punto en que lo dejaste.

Todas esas emociones, el peso por aquel error. Es cierto, todo ha cambiado, ya nada es igual, pero es lo mismo que antes, nada ha cambiado.

09 mayo 2012

6, 7, 8 Mayo 2011

Muy posiblemente el mejor fin de semana de 2011.

Un fin de semana de encuentros duros para el corazón, de amistades guardadas en lo profundo del ser y sentimientos dedicados a un grupo de música que no saben ni que existo, pero que tantos momentos he compartido con ellos.

Después de horas bajo la lluvia, y otras tantas apretujadas entre Grupies idiotas, (porque idiotas hay en todas partes, pero ese día estaban todas ahí) de chicas y muchas madres maleducadas, llegó el momento que tanto había esperado. Después de meses y una horrible mañana, verlos y tenerlos ahí con esa energía que les caracteriza, valió la pena. Esa sensación de que vas a morir si das un salto más, pero tu cuerpo solo puede saltar al compás de tu emocionado corazón enamorado de esa melodía. Sentimientos cual colegiala enamorada de esos cuatro perfectos chicos que no saben de tu existencia, pero que te da igual, seguirás soñando con ellos, noche si y noche también.

Afónica, sin poder moverme y agotada, al día siguiente me reencuentro con esos amigos a los cuales no veo desde hace años. Esos amigos a los que quiero y guardo en lo más profundo de mi corazón, con los que he compartido tantas tonterías y risas, que nada cambia aunque haga años que no nos vemos.

Ese vuelco que da el corazón. 

Increíbles ganas de que ese único día que tengo para estar con ellos vuelva a convertirse en veinte días de verano y poder verlos día tras día. Pero se va el sol y debo decir adiós de nuevo. Otra vez más me despido con una sonrisa y al darme la vuelta cierro los ojos y tomo aire. 

Se terminó... ¿Cuándo volveré a verlos?

Levanto la vista y veo que aún no ha terminado, que junto a mi la tengo a ella. Una de las personas más especiales que conozco. Porque ella soy yo, no, yo soy ella, no... bueno que ella y yo somos una. La misma persona en dos líneas temporales distintas. Tan iguales en todo, desde hace tanto tiempo. Al conocernos nos dimos cuenta de que esa amistad no era algo pasajero. Pasar ese fin de semana en su casa es genial, me siento a gusto, cómoda y estar con ella es tan divertido.

Pero el lunes se acerca y el viaje termina. Ya en el aeropuerto me despido de ella. se me dan mal las despedidas, no se qué decir porque no quiero hacerlo, pero se que debo. no quiero llorar, no tengo muchas ganas de hacerlo, pero se que terminaría empapando mis mejillas con lágrimas.

Puede que haya sido sosa e insensible al despedirme. No me he girado. Verla a ella a un lado, sola y mirándome sería patético. me siento triste, se ha terminado todo, pero estoy muy emocionada por todo lo que ha pasado en tan poco tiempo.

Esa felicidad teñida de melancolía.

Me subo en el avión. El adiós definitivo a este gran fin de semana, la vuelta al día a día, a estudiar para los exámenes... Miro a mi lado y veo que no estoy sola, que mi amiga sigue a mi lado, que todo lo que he vivido yo, también lo ha vivido ella ya que le regalamos este maravilloso e inolvidable viaje entre los amigos, quienes nunca se imaginarán lo feliz que la hicimos. Ella con quien tan buenos y malos momentos he vivido, y a quien quiero tanto en lo profundo de mi ser. Nos miramos y nos sonreímos la una a la otra.

-¡Pedazo de finde!

06 febrero 2012

Solo pienso en azul.

Es una sensación que no se describir.

Dejar que pasen las horas muertas hasta que volvemos a vernos. Querer aprovechar al máximo el tiempo que tenemos juntos, pero al reloj le da igual lo que yo desee, el tiene sus propias reglas.

Solo un par de abrazos y besos se convierten en horas. El respirar el aroma de su cuello. Rozar mis labios con los suyos. Apretarme contra su pecho mientras él me cobija entre sus brazos. Sus susurros en mi oído. Una mano en mi cintura. Su sonrisa... Esa encantadora sonrisa.Y perderme en sus ojos. Una ventana a un mundo mágico, donde siempre es primavera, el cielo azul y el dorado sol brilla en lo alto.

Todo él irradia felicidad, hace que me sienta en una esponjosa nube de algodón de azúcar, en la cual no hay preocupaciones y todo son risas. Él es mi príncipe, es quien cuida de mi, quien me mima y anhela. Quien ha despertado tantas emociones y sensaciones en mi. Quien hace que el mundo me parezca un bello lugar donde vivir. Quien me atonta de tal modo que se me olvida como escribir.

Siento que he buscado sus ojos en otros, y ahora que me miran a mi... el resto de colores del mundo desaparece, solo existe el azul. Su azul. Ese azul que me absorbe y consigue que no pueda pensar en nada más que en él sus miradas y sonrisas.

Solo puedo decir, que se está tan a gusto en esta nube de algodón.

16 enero 2012

Tierno comienzo

Miradas incapaces de sostener.
Tímidas sonrisas avergonzadas.
Imperceptibles roces con mensaje oculto.
Una risa capta tu atención.
Una patadita me hace temblar.

Un día y otro. Te acaricio la espalda. Me tocas el pelo. Te cojo la mano. Me agarras de la cintura. Me tumbo en tu regazo. Me acaricias el pelo.

Te rozo un labio con los míos.

Me besas.

Ahora todo es más sencillo. No me apartas la mirada avergonzado. Te cuento mis cosas sin ponerme roja. Tú me besas cuando quieres. Yo me acomodo entre tus brazos.

Aún queda un largo viaje, con distintas escalas, una se ven cerca, otras parecen lejanas, pero juntos de la mano sabemos cual es nuestro rumbo.

25 octubre 2011

Mirando al cielo.

Quería las estrellas.
Me conformé con las nubes, por miedo a saltar más alto.
Aquella estrella siguió su camino
 y yo me quedé en la nube. 
Al final, tras el aviso de tormentas, bajé al suelo
y ahí me quedé.
Sentada en la tierra mirando al cielo.