El único temor

Era una niña que jamás se asustaba. Era la niña más valiente de todo el pueblo, heroína, audaz y valerosa. Ella sola derrotó al temible dragón, se enfrentó a la manada de hombres lobos e hizo retroceder al temible cíclope. La niña se convirtió en el orgullo del pueblo. Todo el mundo acudía a ella y la veneraba.

Pero nadie jamás le preguntó cómo se sentía o si sentía miedo alguno. Y la niña en silencio lloraba aterrada. Tan solo una cosa le producía pavor. Cada vez que la veía un escalofrío recorría su espalda, el frío sudor le corría por la nuca y por más que intentara huir jamás podía escapar de ella. Siempre a su lado. Vigilando. Atenta para atacar, esperando el momento oportuno. Ella jamás podría escapar y no podía decir cual era su único temor.


Su sombra.