21 octubre 2010

No me quiero ir. (Parte 2)

Las noches eran una tortura. En sueños tenía pesadillas, peleaba con esa chica por un cuerpo, y se despertaba sudando. No sabía si al perder en el sueño perdería en la realidad. Pero tenía miedo. Cada vez dormía menos y estaba más cansada. La otra chica, Vicky, lo sabía y cada vez atacaba más, era odiosa.
Una noche , estando tumbada, mirando al techo ligeramente iluminado por alguna farola de la calle, escuchó sollozos. Se incorporó ¿Era su madre? ¿Alguna chica en la calle? Escuchó atenta y se dió cuenta de que era ella. Eran sollozos reamente tristes. Ella la odiaba con todas sus fuerzas, pero ahora sintió lastima
-¿Porqué lloras ahora?- preguntó
-¿Cómo me has oido ahora?
-No lo se... No entiendo del todo como va esto- hubo un silencio- ¿porqué lloras?
-¿¡pero cómo me preguntas eso!?- no obtuvo respuesta- Me has robado mi cuerpo, mis amigos, mi familia, me estás robando el novio ¡Todo! mis cosas, ¡mi vida! ¿porqué? ¿Porqué me haces esto a mi? ¿Qué te he hecho yo? había conseguido volver... lo había conseguido- y su voz se perdió en el llanto
Sintió lastima. Por un momento se puso en su piel, y contestó:
-Era lo único que podía hacer
-¿Qué quieres decir con eso?
-Era lo único que podía hacer para quedarme aquí
-¿Quedarte aquí? Explícate
-El verdugo de la muerte vino a por mi. Necesitaba hiur y te encontré a ti, que estabas perdida, alejada de tu cuerpo. Pensé que era más sencillo y menos duro para las dos,
-¡¡Pero yo había vuelto!! ¡¡conseguí despertar y tú me echaste!!- contestó Vicky furiosa
-¡Te equivocas!- gritó ella. Cogió aire, se tranquilizó- ¡Tú no ibas a volver! Estabas completamente perdida. Volviste a tu cuerpo porque notaste el peligro. Volviste como defensa, como si fueras una alarma- Las dos quedaron en silencio- Volviste por que ocupé tu cuerpo
-Volví... ¿Volví... gracias a ti? Pero, aún así no entiendo porqué quisiste ocupar mi cuerpo. ¿Qué es eso de que el verdugo de la muerte fue a por ti?
-¿Eres tonta o algo? Tuve un accidente, intenté quedarme en mi cuerpo todo lo que pude, pero este no resistió al accidente y yo tenía que irme. Pero hui, conseguí esconderme en tu cuerpo
-Eso es injusto. Te salvaste tú, pero me has condenado a ver como vives mi vida
-¡¡Tú hubieras hecho lo mismo!!- gritó ella- ¡¡no sabes lo que es ver que tu cuerpo te abandona!! Y luego tener que ire. ¡Yo no me quiero ir! No se qué hay ahí. ¡Tengo miedo!
se dio cuenta de que tenía un nudo en la garganta y estaba apunto de llorar. Vicky no le dijo nada. Esperó a que le contestara, pero no fue así.
Esa noche lloró
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Pasaron tres meses más. Poco a poco la relación entre ellas fue mejorando. Gracias a lo que Vicky le contaba, ella sabía como actuar con las amigas, la famila, en las clases... Eran como dos chicas en un mismo cuerpo. Habían aprendido a vivir juntas, y aunque tenían peleas, se habían convertido en amigas.
Normalmente las peleas venían a raíz de que el control lo tenía ella y no Vicky, y el otro motivo era Samuel. A ella cada vez le gustaba más. Entre que él se acercaba a ella cada vez un poco más, intentando recuperarla, y los comentarios de Vicky, hacían que ella se sintiera cada vez más atraida.
Samuel había intentado besarla, pero Vicky se rebeló, no dejaba que se acercara a él en ese sentido. Vicky sabía que para que Samuel no sosperchara, o no se sintiera mal, no debía alejarse, pero no quería que fuera ella quien estuviera con él. y eso las hacía pelear.
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-¿Hasta cuándo va a durar esto?- Preguntó Vicky
-¿A qué te refieres?
-A esto. A vivir las dos en un solo cuerpo. A compartir una vida
- No... no se qué decirte. No había pensado en un tiempo límite
-¿Vamos a pasarnos la vida así? ¿Qué pasará cuando queramos formar una familia o algo así?
-Vicky... Sabes que si tuviera otra salida me iría. ¡Puedes tenerlo claro! Se que esta vida es tuya y no mia, pero...
-¿No puedes buscar otro cuerpo? No de alguien en coma, si no... De alguien que se haya ido hace poco
-No se si podría entrar, pero estoy segura de que si salgo, no podré volver nunca más. Tendré que irme para siempre y eso me aterroriza
-Todo el mundo se va.... No debe ser tan horrible
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-¡Vicky!- la llamó ella de golpe- ¿Me harás un favor?
-...Claro ¿A qué te refieres?- Vicky no sabía que le pasaba a la chica ahora
-¿Conseguirás perdonarme? ¿Me.... me llevarás flores?
-¿Qué dices ahora?
-No... nada, déjalo
-Últimamente estás muy rara
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Habían pasado seis meses desde que había ocupado su nuevo cuerpo, se había ido acostumbrando gracias a Vicky, pero en lo más profundo del ser que ahora era, sabía que no era lo que ella quería. Ella quería quedarse ahí, con su família, sus amigos su casa y su vida, no la de otra.
Pero era imposible. Ahora estaba en otro cuerpo y su familia no estaba. Los había perdido en el accidente que también se llevó su cuerpo. Sabía lo que tenía que hacer, aún le daba miedo, pero debía ser valiente.
-Vicky... Llevo días pensándolo... Voy a irme
-¿¡Cómo!?
-Si. Esta es tu vida, no la mía. Esta tarde, al volver de clase. te devolveré el cuerpo y la vida
-¿Estás segura de lo que estás diciendo?
-Si.
Cuando fué la hora salieron a la calle que estaba llena de estudiantes que se dirigían a sus casas, y el trafico era fluido. El semáforo se puso verde, así que ella comenzó a cruzar, cabizbaja, pensativa.
-Sabes... no te he dicho mi nombre, me llamo Natalia Roman, yo...
-¡¡¡Vicky cuidado!!!
Le dió tiempo a girarse. Ver a Samuel gritando, y al volverse vio un coche que intentaba frenar desesperadamente. Notó el golpe del coche contra las piernas, y luego la cabeza contra el suelo. Ya no se enteró de nada más. Otra vez, nada.
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Volvió a sentir... No sabía que era, pero podía sentir. Escuchó el ruido de la máquina que imitaba el ritmo de sus latidos. Abrió los ojos y se encontró a Samuel dormido en la silla. Sonrrió feliz al verlo, y entonces se dio cuenta.
Sintió felicidad, le innundó el pecho y sus latidos se aceleraron, pero a la vez le dio lastima, sabía que había perdido algo. ¿Cómo estaría ella ahora?
Samuel abrió los ojos, íncomodo, y entonces la vio con los ojos abiertos, y corrió a acercarse a ella.
-¡Vicky!
-Samuel- consiguió susurrar. Él se acercó para oirla mejor, y ella le dijo- He vuelto de verdad... Te quiero
-¿Estás bien, amor? ¿Te acuerdas de mi?
-Me acuerdo de todo... recuerdo el primer día que te vi... y lo feliz que me haces...
-¡Estás aquí! lo he pasado tan mal...
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-Ven, dame las muletas- dijo Samuel ayudando a Vicky- y... ¿De qué dices que conocías a esta chica?
-Es... una historia especial. No empezamos con buen pie, ella tenía un temor muy grande del que huía, y con un poco de ayuda se enfrentó a su miedo. Me dio mucha pena no poder despedirme... no se si ella quería que nos vieramos una vez más, o se fue cuando quiso... Pero le hize dos promesas. Prometí que la perdonaría, y que le traería flores- con paso torpe se acercó a la lápida y depositó un ramo de flores- Espero que estés con tu familia. Seguro que no ha sido tan terrorífico como pensabas ¿Verdad?... Suerte Natalia!

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