Esos sueños inalcanzables, que por mucho que sepamos que jamas conseguiremos, nos empeñamos en seguir soñando día tras día, haciéndonos así tanto daño por saber que nunca serán reales. Pero que no podemos vivir sin soñarlos.
14 agosto 2011
13 agosto 2011
Días de Verano
Palos, palos y decepciones. soledad, tristeza y dolor. aguante, valor y pilas nuevas.
Un verano sin amigos, día tras día sola en casa. saliendo a menudo tan solo para visitar al doctor una y otra vez, extracciones de sangre, Biopsia y mudanza de nuevo.
Un año oscuro dentro de una cueva, que absorbía la luz de mi ser, y sentirse culpable por dejar en esa oscura cueva a esa persona a la que tanto debo. Y volver a empezar la vida en esa casa que siempre me tuvo ahí.
Sentir de nuevo la luz, y a la vez tan lejos de todo y todos. Sin nadie al lado, nadie con quien hablar, con quien reír o con quien dar un paseo. Sola.
Refugiándome en mis habilidades, más dibujos que nunca, más diseños, más relatos, más música y más sueños. Internándome en ese mundo de fantasía donde todo es real, esperando a que llegue la rutina para al menos hablar con los compañeros de trabajo.
Deseando con gran fuerza que las agujas del reloj pasen y pasen hasta llegar a septiembre y recoger en esta pequeña isla a una de las personas que mejor me comprende y más me importa. A la cual espero desde hace 5 años, o puede que más. Tantos años deseando que venga, y ahora, al fin lo he conseguido. Una meta, un logro, una luz al final del verano.
Un verano marcado por los cambios, por asumir que las cosas cambian y que la gente no estará siempre ahí. Intentando quererme un poco más día a día e intentando valorar lo que valgo.
Un verano sin amigos, día tras día sola en casa. saliendo a menudo tan solo para visitar al doctor una y otra vez, extracciones de sangre, Biopsia y mudanza de nuevo.
Un año oscuro dentro de una cueva, que absorbía la luz de mi ser, y sentirse culpable por dejar en esa oscura cueva a esa persona a la que tanto debo. Y volver a empezar la vida en esa casa que siempre me tuvo ahí.
Sentir de nuevo la luz, y a la vez tan lejos de todo y todos. Sin nadie al lado, nadie con quien hablar, con quien reír o con quien dar un paseo. Sola.
Refugiándome en mis habilidades, más dibujos que nunca, más diseños, más relatos, más música y más sueños. Internándome en ese mundo de fantasía donde todo es real, esperando a que llegue la rutina para al menos hablar con los compañeros de trabajo.
Deseando con gran fuerza que las agujas del reloj pasen y pasen hasta llegar a septiembre y recoger en esta pequeña isla a una de las personas que mejor me comprende y más me importa. A la cual espero desde hace 5 años, o puede que más. Tantos años deseando que venga, y ahora, al fin lo he conseguido. Una meta, un logro, una luz al final del verano.
Un verano marcado por los cambios, por asumir que las cosas cambian y que la gente no estará siempre ahí. Intentando quererme un poco más día a día e intentando valorar lo que valgo.
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