¿Quién dijo que cuando más feliz eres menos escribes?
No sé si esto será cierto o no, pero se me puede aplicar perfectamente.
Casi ocho meses de felicidad continua. Aunque realmente no sea tanto tiempo, siento como si hiciera toda una vida. Mañanas, tardes y noches juntos, admirando su sonrisa, riéndome con sus tonterías, jugando a peleas y haciendo pompas de jabón.
Una nueva etapa de la que seguir disfrutando.